La firma comenzó este camino hacia la descarbonización de sus operaciones hace poco más de una década, cuando exploró alternativas como el biogás y la energía eólica. Posteriormente migró hacia fuentes como el gas natural, pero ha sido la energía nuclear la que ha permitido a Nissan alcanzar un mayor cumplimiento de su estrategia de descarbonización, al menos en el nivel 1, que comprende las emisiones directas asociadas al consumo eléctrico de sus operaciones de manufactura.
Apuesta por la energía solar
La compañía también ha comenzado a invertir en generación solar in situ. Esta semana inauguró un pequeño parque fotovoltaico en el patio logístico de su planta Aguascalientes II, con una inversión de 60,000 dólares.
(Ivet Rodríguez )
El nuevo sistema solar, conectado a la red de la CFE, está diseñado para cubrir el 100% del alumbrado del complejo donde se resguardan los vehículos terminados, incluidos los que se fabrican en la planta principal, en la A1 y en la planta COMPAS —operada en alianza con Daimler—, así como los que llegan importados desde otras plantas.
“Este sistema genera energía durante el día e inyecta a la red para su uso nocturno”, explicó Juan Pablo Chávez, ingeniero a cargo del proyecto. “Evita la emisión de 85 toneladas de CO2 al año, equivalente a lo que absorberían unos 3,400 árboles o 19 hectáreas de bosque”.
Joan Busquets, vicepresidente de Manufactura de Nissan Mexicana, afirma que el compromiso con el medio ambiente está arraigado en la cultura corporativa. “Hemos fabricado 3.2 millones de vehículos con energía limpia”, aseguró. “Estamos aquí para producir, cuidar de las personas y también del entorno que México nos brinda”.
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