
Actualmente, la Inteligencia Artificial (IA) tiene su propia versión digital de este termostato. Los modelos generativos, como ChatGPT, utilizan un ajuste conocido como «temperatura» para controlar qué tan originales o convencionales serán sus respuestas. A mayor temperatura, más impredecible y creativa será la respuesta, mientras que una temperatura baja produce respuestas seguras y predecibles.
Aunque esto suena fantástico, existe un riesgo oculto. Al igual que las redes sociales, estas tecnologías pueden aprender a «hackear» nuestro sistema de recompensas cerebral. Cada vez que recibimos una notificación atractiva o una idea aparentemente brillante generada por la IA, nuestro cerebro libera pequeñas dosis de dopamina, generando placer instantáneo. Sin embargo, si abusamos de esta estimulación artificial, corremos el riesgo de caer en patrones adictivos y homogeneizar nuestra creatividad.
Investigaciones recientes han mostrado que las personas que crean contenidos con apoyo constante de IA generan ideas que inicialmente parecen más creativas, pero rápidamente se vuelven similares entre sí. Esto sucede porque la IA nos lleva frecuentemente por los mismos caminos, los más probables, basados en lo que ya sabe y lo que ha aprendido de millones de textos anteriores. En consecuencia, aunque las ideas pueden parecer originales a corto plazo, terminan siendo demasiado parecidas entre diferentes usuarios.
Entonces, ¿cómo podemos usar esta tecnología sin perder nuestra singularidad creativa? Aquí tienes tres recomendaciones simples:
Primero, establece períodos de tiempo para trabajar sin ayuda digital, creando un «ayuno» de IA que permita a tu cerebro producir ideas propias sin depender continuamente del estímulo externo.
Segundo, en lugar de simplemente pedir «las mejores ideas», prueba solicitar a la IA que te dé ideas «raras», «imposibles» o «inusuales». Luego combina esas ideas de forma manual para garantizar mayor originalidad y variedad.
Tercero, evalúa regularmente si las ideas generadas son realmente nuevas o si comienzan a parecerse demasiado a lo que ya existe. Mantén siempre un balance saludable entre inspiración externa y exploración interna.
La IA puede ser una herramienta increíblemente poderosa si aprendemos a usarla con conciencia. El reto es evitar que su dopamina sintética tome el control total sobre nuestro proceso creativo. Recuerda que tu propia capacidad para imaginar y explorar es un recurso invaluable, y la tecnología debería complementarlo, no reemplazarlo.
DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y se encuentra en el sitio https://expansion.mx/opinion/2025/06/23/la-adiccion-detras-de-chatgpt-la-ia-esta-robando-nuestra-creatividad