Acelerar la digitalización logística para aprovechar el nearshoring

Para competir en este nuevo entorno, las empresas logísticas mexicanas deben comprometerse con una transformación digital profunda y bien planificada. La tecnología no solo facilita esta transición, sino que también ofrece herramientas poderosas para enfrentar los retos inherentes al sector.

Las soluciones digitales están redefiniendo el panorama logístico, mejorando la eficiencia operativa y elevando la satisfacción del cliente, un factor crítico para la competitividad. Algunas de estas innovaciones incluyen:

– Planificación de rutas inteligentes. La implementación de sistemas GPS integrados permite optimizar trayectos en tiempo real, considerando variables como el tráfico, el clima y las restricciones de acceso.

– Automatización de procesos logísticos. Tecnologías como los Sistemas de Gestión de Almacenes (WMS), los Sistemas de Gestión de Transporte (TMS), la robotización de procesos, el uso de drones y la inteligencia artificial están revolucionando la operación de las cadenas de suministro.

– Integración con sistemas de proveedores. La interoperabilidad entre sistemas facilita la coordinación y el seguimiento de pedidos, mejorando la visibilidad y el control sobre inventarios y procesos logísticos.

– Indicadores de desempeño en línea y datos en la nube. Al almacenar y procesar datos en la nube, las empresas pueden acceder a información crítica en tiempo real desde cualquier ubicación, favoreciendo decisiones más ágiles e informadas.

– Integración de sensores y conectividad remota. La conectividad remota permite gestionar y responder a eventos imprevistos desde cualquier lugar, además de contar con datos en tiempo real para mejorar el control de productos y entregas.

Retos en la transformación digital

Sin embargo, las empresas logísticas de Nuevo León y otras regiones enfrentan obstáculos importantes. Se estima que más del 70% de los proyectos de transformación digital han fracasado en los últimos años, principalmente por la falta de liderazgo adecuado y de talento humano capacitado.

Es fundamental que tanto los consejos como la alta dirección comprendan estos desafíos. Por ejemplo, optimizar la entrega de la última milla sigue siendo un reto en zonas urbanas, debido a la congestión vehicular y a restricciones de acceso en áreas residenciales y comerciales.

Además, la creciente demanda de entregas exprés presiona a las empresas para optimizar procesos. En el sector del e-commerce, los consumidores esperan recibir sus pedidos el mismo día o al día siguiente, lo que exige una logística altamente eficiente. A esto se suma la tendencia hacia pedidos más pequeños y frecuentes, que complica la gestión de inventarios y rutas. Muchas tiendas minoristas requieren reabastecimientos constantes para mantener niveles óptimos de inventario sin saturar sus almacenes.

Estrategias para superar los retos

Aunque algunas empresas han intentado resolver estos retos mediante el uso de tecnologías avanzadas, pocas han obtenido los resultados esperados. La razón: no han adoptado un enfoque estratégico ni abordado integralmente las dimensiones organizacionales. En muchos casos, los proyectos se convirtieron en soluciones aisladas, desconectadas del cliente, los proveedores o incluso del propio equipo interno.

Por ello, las empresas deben adoptar un enfoque centrado en las personas y basado en datos. Algunos elementos clave para diseñar una estrategia logística exitosa son:

– Entender al cliente. Comprender las necesidades y expectativas del cliente permite rediseñar procesos y mejorar su experiencia.
– Identificar los puntos críticos. Evaluar los principales «puntos de dolor» para priorizar iniciativas de mejora, siempre con foco en las personas.
– Definir una estrategia de mejora. Desarrollar proyectos centrados en el cliente, alineando la visión de la empresa con las expectativas del mercado.
– Establecer una ruta de transformación. Diseñar un plan claro para la transformación digital, incluyendo proyectos, procesos y cambios culturales necesarios.
– Implementar una transformación dual. Gestionar simultáneamente la operación diaria y los proyectos estratégicos para asegurar una transición fluida.

– Generar MVPs. Implementar Productos Mínimos Viables (MVPs) para probar y validar soluciones antes de su adopción total.
– Fomentar la retroalimentación constante. Mantener ciclos continuos de retroalimentación con clientes y colaboradores para ajustar y mejorar las iniciativas.