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La meta para este sexenio es dar un jalón muy fuerte a la alfabetización

▲ El funcionario federal asegura que habrá un ejército de alfabetizadores que en periodos de cuatro meses impartirán 34 clases, cada una de hora y media.Foto Yazmín Ortega Cortés

Laura Poy y Alexia Villaseñor

 

Periódico La Jornada
Lunes 12 de mayo de 2025, p. 10

La meta del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) para este sexenio, afirma su director general, Armando Contreras Castillo, es dar un jalón muy fuerte a la alfabetización. El objetivo, que en 2026 la población de 15 años y más que no sabe leer ni escribir, pase de 4.2 a 3.1 millones.

Y con ello, asegura, lograr que la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) otorgue a nuestro país la distinción de bandera blanca.

El organismo establece que para reconocer a una nación como libre de analfabetismo, debe garantizar que menos de 4 por ciento de sus habitantes, que superen los 15 años, estén en esta condición.

Queremos que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo pueda levantar la bandera blanca y declarar a México territorio libre de analfabetismo. Y ya estamos muy cerquita, asegura el funcionario.

Actualmente, señala, la población en rezago educativo es de 27.5 millones. De ellos, 7.8 millones no han concluido su educación primaria y 15.5 millones no han terminado la secundaria. Y si se considera a quienes no han concluido su bachillerato, que suman 23 millones, los mexicanos sin concluir aún su educación obligatoria, es de 50.5 millones.

En entrevista con La Jornada, en las instalaciones del instituto, Contreras Castillo, economista, ex senador y diputado federal por Morena, reconoce que el país está casi en el límite, con 4.1 por ciento de personas de más 15 años que no saben leer ni escribir.

Formalmente, sólo necesitamos tres décimas, pero con el proyecto que estamos haciendo queremos bajar un punto porcentual, y en términos absolutos, pasar de 4.1 millones a 3.1 millones de personas, indica.

La finalidad es lograr que miles de personas analfabetas, principalmente adultos mayores indígenas, que son, admite, el nicho duro de este sector de la población, puedan aprender a leer mínimamente recados, mensajes, anuncios, recetas, pequeños textos, así como realizar operaciones matemáticas básicas (sumar, restar, multiplicar y dividir).

Afirma que para ello se contará con un ejército de alfabetizadores que en periodos de cuatro meses impartirán 34 clases, cada una de hora y media, con un total de 51 horas de atención personalizada.

Nuestro método contempla la posibilidad de alfabetizar en cuatro meses, destaca el titular del INEA, aunque reconoce que aprender a leer y escribir es un proceso mucho más largo del que pudiéramos pensar.

Explica que no se le va a decir que va a aprender a leer al 100 por ciento. Es engañarnos a nosotros mismos. Va a saber leer cosas básicas, y el siguiente paso es generar un ambiente lector, por lo que no descarta que el instituto participe en la edición y distribución de libros.

Chiapas, tasa cero

Contreras Castillo, ex presidente municipal de Concepción Pápalo, Oaxaca, y ex secretario de Asuntos Indígenas de esa entidad, admite que la tarea encomendada al INEA es enorme, pues señala que si seguimos con la misma inercia, tardaremos otros 40 años en atender el rezago educativo. Por ello, asegura que buscó fuera el apoyo para emprender esta campaña alfabetizadora.

Busqué a gobernadores, dependencias oficiales y organizaciones de la sociedad civil, y vimos lo que nos faltaba para poder dar un avance frontal al analfabetismo, y es crear alianzas. He visitado a 23 gobernadores con los que he tenido diálogo y todos se han mostrado sensibles al tema del rezago educativo.

Destaca el caso de Chiapas, entidad con el índice más alto de analfabetismo (13 por ciento), y donde el gobierno estatal destinó recursos presupuestales para crear la beca Rosario Castellanos, y comprometerse a que, al concluir este 2025, se alcance la tasa cero de analfabetismo en la entidad, con el apoyo de 100 mil instructores.

La meta, dijo, es que 512 mil chiapanecos salgan de esta condición. Se sumarán otros estados, comenta. Entre ellos Puebla, con 317 mil analfabetas, se espera atender a 150 mil, es decir, cerca de 48 por ciento. En Tlaxcala, que tiene 30 mil, se llegará a 10 mil personas que no saben leer ni escribir.

Otro aliado central es el Tecnológico Nacional de México, con el que suscribió un convenio para que alumnos de esa casa de estudios que quieran cumplir con su servicio social, puedan hacerlo a través de alfabetizar al menos a dos personas, con lo que se prevé atender a otros 105 mil mexicanos.

Agrega que uno de los desafíos es localizar a la población objetivo. El método es, afirma, primero buscar en tu entorno. Todos conocemos a alguien analfabeto. Otra forma es accediendo a los datos que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía nos proporcionó, una cartografía georreferenciada que nos lleva cuadra por cuadra del territorio nacional.

Y también, agrega, se tiene un convenio con la Secretaría de Bienestar para que, a través del Censo Nacional de Salud, se identifique a quienes son analfabetas o no concluyeron su primaria, lo que nos da otra herramienta; y si esto no funciona, podemos solicitar a la Secretaría del Salud y al Instituto Mexicano del Seguro Social, qué grado de escolaridad reportan sus pacientes e identificar a quiénes son analfabetas.

Nuevos materiales

El titular del INEA señala que para alcanzar la meta de la bandera blanca en 2026, el organismo diseñó nuevos materiales para la tarea de alfabetizar. Nombrando y contando el mundo, explica, son textos tanto para el instructor, como para los que buscan ser alfabetizados.

Su contenido, afirma, te va llevando pasito a pasito, porque los hicimos con pedagogos, maestros y especialistas que por 30 años han enseñado a leer y escribir y con la experiencia del INEA. Son libros de alfabetización y lectoescritura, que incluyen códigos QR.

Reconoce que ante la posibilidad que los educandos no cuenten con celular y acceso a Internet, apostamos porque la mayoría pudiera tener un familiar que sí lo tenga. Y sobre la conexión a la red señala: en la mayor parte de las comunidades venden fichitas que cuestan desde 10 pesos, y si son adultos mayores, con sus pensiones (del Bienestar) podrían comprarlas.

La verificación de las metas, dijo, se realizará con el apoyo de los gobiernos municipales y estatales, pero a nivel nacional el INEA realizará, estado por estado, una evaluación en una muestra representativa de personas alfabetizadas al final de cada uno de los dos periodos de cuatro meses que se llevarán a cabo este año, para tener un mapeo, una visión de nuestra meta en la realidad y verificarla.

Los avances en este proyecto de alfabetización también se compartirán con la Secretaría de Bienestar, para que se vaya reflejando en el combate a la pobreza y en la atención de un pendiente histórico con la alfabetización.

No compartimos la idea de que ya no vale la pena invertir en las personas adultas mayores. Creemos que mientras un mexicano esté de pie y con vida, tiene todos los derechos, y más aún, uno que es fundamental, el de la educación, concluye con evidente optimismo.

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