
Me ofrecí a hacerle este documento e investigación a uno de mis clientes porque yo ya le había hablado del tema, y me dijo que quería investigar más. Pero sentí ese empujón interno que me decía: Tú tienes algo que aportar aquí. Así que lo preparé junto con un par de recomendaciones de lo que podía o no funcionar en su empresa.
Y en medio de esa investigación me encontré con una empresa que ya aplicaban ‘Holocracia’.
Entré en su sitio. Busqué a su fundador en Linkedin y encontré a Rodrigo Ruiz. Sin pensarlo mucho, lo agregué. Le escribí. Le dije que estaba haciendo una investigación, que había encontrado su trabajo, y que me encantaría entrevistarlo.
Él respondió que sí, le puso fecha para vernos. Así de fácil tuvimos una conversación entre dos personas que, sin conocerse, comparten una misma cosmovisión: que el trabajo también puede ser un espacio de consciencia.
Le pregunté sobre el ingrediente que hace que la ‘holocracia’ funcione. Y me dijo que la consciencia. Si una persona tiene autoconocimiento, puede colaborar mejor. Puede crear con otros. Puede construir sistemas más sanos. Y estoy totalmente de acuerdo.
Mientras me lo decía, le brillaban los ojos. Y yo sabía que estaba frente a una persona que habita lo que hace. Ese mismo día, le compartí lo que había armado. El PDF era suyo también. Porque la información es de todos. Solo hay que escuchar cuándo tu ser te dice: Comparte esto. Acércate a esta persona. Este es el momento.
Y me quedé pensando en eso. En cómo algunas conexiones nacen desde la presencia, desde la intuición, desde el deseo de intercambiar y no de extraer.
Y cómo otras, aunque hayan sido cercanas, se sienten frías, forzadas o simplemente malintencionadas. Por ejemplo, te voy a contar algo para que no te pase:
Hace un tiempo, alguien que había sido parte de mi equipo me preguntó cómo estaba, me saludó, y después de un par de líneas… me lanzó: ¿Cuándo nos vamos por un drink?
Le dije que no suelo ir a esa ciudad (donde la persona vive), pero que feliz de vernos por Zoom. Su respuesta: Ah, es que te hablaba para ver si me presentas a tal persona. Y ahí entendí algo que quiero dejar escrito: no todas las conexiones son vínculos. Y no todo contacto es sagrado.
Hay acercamientos que son solo transacciones envueltas en falsa cortesía. Y hay otros, como el que tuve con Rodrigo, que se construyen desde una frecuencia más alta.
Tal vez estés de acuerdo conmigo que es fácil identificar desde dónde se nos acercan. Las intenciones ya no se pueden esconder.
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