Verónica Targiano, ingeniera principal de soluciones en F5, una empresa global especializada en seguridad, redes y gestión de aplicaciones, menciona que en México el 28% de las personas egresadas de carreras de ingeniería son mujeres, y menos del 17% de la fuerza laboral en ciberseguridad.
“Hace 25 años, cuando inicié mi carrera en este sector, el panorama para una mujer en ingeniería era muy distinto. Hoy se habla más de equidad, pero en ese entonces, abrirse paso era casi una cuestión de supervivencia”, recuerda la ingeniera, oriunda de Argentina, con actividad en México.
De acuerdo con las estadísticas del Observatorio Laboral en ingenierías, la participación de las mujeres en varias carreras no supera el 50%. El porcentaje mínimo registrado está orientado en la ingeniería de vehículos de motor, barcos y aeronaves, en el cual apenas alcanza 5.7%.
En casos particulares, como la Ingeniería Industrial, la cuarta carrera con mayor número de profesionistas en el país según el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), las mujeres ocupan solo el 27% de la distribución. Y a pesar de que el salario promedio general de la carrera es de 23,572 pesos mensuales, el de las mujeres es de 19,942 pesos.
En el caso de la profesión de Desarrollo de Software, el octavo puesto del mismo ranking de profesionistas, el 29% de las personas que cursaron la carrera son mujeres. El panorama del salario es más alentador, ya que el promedio mensual general es de 24,758 pesos, y la media declarado para las profesionales es de 23,712 pesos.
“El CIEP destaca que dentro de la fuerza laboral tecnológica (directores en informática, desarrolladores, analistas de software, administradores de bases de datos, entre otros), solo 15% de los puestos son ocupados por mujeres. De ellas, 94% trabaja como desarrolladoras de software, una tendencia clara hacia un crecimiento en esta área”, declara Targiano.
La participación femenina en cargos directivos sigue siendo baja, con solo 1 de cada 10 directores en informática siendo mujer.
Facultad de Ingeniería de la UNAM también es un ejemplo de brecha
A nivel local, puede mostrarse el caso del personal docente de la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Para febrero de 2025, la entidad contaba con un total de 2,479 integrantes académicos. De ellos, solo 779 eran mujeres (31%).
La cifra es notoriamente inferior cuando se trata de profesores de tiempo completo con participación en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), con apenas 16% en sus niveles y candidaturas.
¿Por qué hay poca participación femenina en las ingenierías?
Una razón a considerar es la propia elección de profesión. Los listados de las carreras con mayor porcentaje de mujeres de nuevo ingreso, y con mayor presencia femenina de IMCO, suelen ser ocupaciones relacionadas con áreas sociales, médicas y humanidades, como formación docente, trabajo social, enfermería o psicología.
En ambos rankings no aparecen más carreras relacionadas a las ingenierías, salvo el diseño industrial.
Otros factores que repercuten en la participación de las mujeres suelen ser la falta de modelos a seguir, los estereotipos de género y la ausencia de políticas públicas inclusivas.
Por ello, organizaciones como Mujeres en Tech trabajan para reducir esta brecha y fomentar la participación femenina en la industria tecnológica a través de generar comunidad, alianzas estratégicas y desarrollo profesional.
“Es importante que las mujeres compartan sus historias para inspirar a otras. A través de eventos, mentorías y redes de apoyo, buscamos que las mujeres que ya están en la industria ayuden a otras a recorrer su camino”, comenta Anaid Sustaita, líder de Mujeres en Tech.
Verónica Targiano agrega que también hay barreras internas como la maternidad, los cambios hormonales, las exigencias laborales, la presión social.
“Y a pesar de todo, seguimos adelante. Avanzamos con fuerza, intuición, resiliencia y una increíble capacidad para adaptarnos. Aprendemos de los errores, recogemos enseñanzas en cada caída, y seguimos”, dice.
La especialista incita a las mujeres a sumarse en la industria de manera activa, actualizada y “vivas en su carrera”, a pesar de que existan momentos difíciles y las desigualdades.
“La equidad no es solo un ideal, es una práctica diaria que debe traducirse en oportunidades, salarios justos, respeto y representación en todos los niveles», comenta. «A las nuevas generaciones de mujeres en tecnología les digo: elijan su camino, disfrútenlo, háganlo con pasión y sin miedo.”
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