La relección de Daniel Noboa fue un fraude de vanguardia

Blanche Petrich
Periódico La Jornada
Lunes 19 de mayo de 2025, p. 16
Al correísmo le espera en Ecuador un largo periodo de resistencia como fuerza opositora; una larga travesía en el desierto que seguirá impidiendo que el ex presidente Rafael Correa –que gobernó entre 2007 y 2017– regrese del destierro forzado y que tiene a su partido, Revolución Ciudadana (RC), bajo ataque de los grupos afines a la poderosa y ultraconservadora familia Noboa, la más rica del país.
Desde Bruselas, donde reside, Correa conversa en entrevista con La Jornada y expresa: Es más probable creer en un burro volando que dar crédito al resultado final que determinó el triunfo del presidente Daniel Noboa
, afirma. En la segunda vuelta electoral del 13 de abril, la votación del mandatario ecuatoriano nacido en Miami, Estados Unidos, dio un inverosímil salto de casi 30 por ciento más de lo obtenido en la primera vuelta (53 por ciento), contra el crecimiento de menos de 4 por cierto de su contrincante, Luisa González, quien quedó con 44 por ciento.
La probabilidad matemática, estadística y política de un resultado así es nula. Encuesta o exit poll lo previó. No hay un solo antecedente en la historia de los procesos electorales de la región
, sostiene el ex mandatario. Recuerda que en las derrotas electorales de 2021 y 2023, su partido, RC, aceptó los resultados. Por madurez y coherencia acatamos, a pesar de las evidentes trampas que cometieron las fuerzas conservadoras, pero esta vez cometieron un error. Se les pasó la mano. El día de las elecciones hubo tres exit polls, uno daba empate técnico y dos nos ponían arriba. Además, seis encuestas poselectorales daban la victoria a Luisa González
.
–¿Hay posibilidades de que prospere alguna de sus impugnaciones y se revierta el proceso?
–Cero. Es un hecho consumado. No quedan más recursos. Incluso cuando más adelante logremos comprobar el fraude vía la tinta transferible, Noboa ya es presidente proclamado.
La tinta mágica
El tema de la tinta transferible es ahora el argumento de la batalla que libra este economista que gobernó 10 años su país, para sostener que lo que pasó el día de las elecciones fue un fraude de vanguardia
, altamente sofisticado y que debería suscitar una reacción en todos los gobiernos latinoamericanos.
Encontró el primer indicio en un informe preliminar de la misión de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA): “El problema no estuvo en el sistema informático, sino en las boletas. Mire –dice y muestra en la pantalla dicho reporte–: página 13: los observadores reportan que en unas casillas la tinta utilizada para marcar el voto se transfería en las boletas al doblarlas debido a la simetría del diseño. Ahí se nos prendieron las luces. Nunca se había conocido algo así en un proceso electoral. El problema se detectó en cerca de 2 mil mesas, de un total de 142 mil mesas. Esto puede ser un botón de muestra, apenas una mínima parte”. El informe final de la OEA ya no recoge esos datos.
Los responsables de RC empezaron a indagar. Acudieron a un centro de investigación de lo más avanzado en temas de estudio de documentos, tintas y técnica criminalística, el Instituto Canario de Análisis Criminológico. Cuatro expertos –un mexicano, dos colombianos y un venezolano– encontraron mediante pruebas de laboratorio que en las elecciones de Ecuador se utilizaron dos tipos de bolígrafos. Uno tenía tinta de secado rápido, como dicta la ley. Pero otro contenía una tinta elaborada en India, de origen acuoso y altamente transferible, que, sumado a un tipo de papel pretratado en una mitad con un agente reductor como el metabisulfito sódico, permite la alteración del voto, ya que la tinta transferible pasa de una opción política a la opuesta cuando se dobla la papeleta y se realiza una leve presión sobre ella, y desaparece en la mitad tratada con el agente reductor.
–¿Cómo pudieron introducirse esas boletas y esos bolígrafos?
–Cometimos un grave error. El día de las elecciones cubrimos todas las mesas, pero no tuvimos control de donde se imprimieron las boletas, una imprenta militar. Tampoco en la empresa que proporcionó y armó los kits electorales (los paquetes de bolígrafos, los cartones, las fundas plásticas). Fue la empresa Mongar, de la familia Montesinos, que fue la que ganó la licitación.
▲ El ex presidente Rafael Correa, en la sede de este diario, el 4 de noviembre de 2019.Foto La Jornada
–¿Tuvieron acceso a alguna boleta para confirmar lo de la tinta transferible?
–No. No nos permitieron abrir ni una sola urna.
–¿Cómo se explica el fenómeno de que en la primera vuelta entre Noboa y Luisa González hubo una diferencia de 16 mil votos, y en la segunda Noboa creció en más de 1.3 millones de votos y González sólo aumentó 172 mil votos?
–No tiene explicación. El especialista Francisco Rodríguez, de la Universidad de Denver, ha estudiado ese detalle de las diferencias de resultados entre primeras y segundas vueltas en todos los comicios de América Latina y calificó el caso de Ecuador como anómalo, atípico, inverosímil. Siendo la principal fuerza política de Ecuador retrocedimos en 40 por ciento del total de mesas en todo el país.
Un doble estándar terrible
–¿Y qué se puede hacer?
–Existe la remota posibilidad de que con la adecuada presión internacional se puedan abrir las urnas. Los presidentes latinoamericanos no deberían aceptarlo. Esto es un peligro para toda la región. Es algo que debería preocupar a los gobiernos y a la prensa.
–Pero sucede lo contrario. A diferencia del cuestionamiento que recibió el proceso electoral venezolano, la mayoría de los gobiernos de la región han dado por bueno el resultado en Ecuador, con la excepción de la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Gustavo Petro.
–Así es. Una lástima. Un doble estándar terrible. A Maduro no lo reconocieron porque no enseñó las actas. A Noboa lo reconocen, aunque no haya abierto las urnas y estemos demostrando que hubo fraude. Yo esperaba un poco más de algunos mandatarios. Vamos a esperar. Y a seguir resistiendo en esta república que ni siguiera llega ya a bananera, porque ha dejado de ser república.
–Lamentablemente un personaje como Noboa no es único en América Latina, en el mundo. En Argentina Javier Milei, por ejemplo…
–Pero Milei sí ganó las elecciones, aunque no nos guste. No, el problema es otro y hay que entenderlo. Ellos no serían nada si no fuera por los medios de comunicación de las derechas. Nos enfrentamos a todo un sistema mediático. Si la izquierda no se plantea la cuestión mediática va a ser muy difícil llevar a nuestros países hacia el progreso. México es la excepción por la constante lucha de Andrés Manuel López Obrador. Pero estará de acuerdo conmigo en que, sin el papel de la prensa, él hubiera ganado desde la primera elección (2006). La prensa consagró la presidencia de Felipe Calderón. A Enrique Peña Nieto lo fabricó la prensa.
Lenín Moreno: Asumo mi responsabilidad
–Recapitulando sobre los factores que hicieron que se torciera así la historia de Ecuador, ¿qué puede decir sobre lo que pasó con Lenín Moreno? ¿Fue usted quien lo seleccionó como su vicepresidente y después como candidato de Alianza País para las elecciones? ¿Qué pasó ahí?
–Él nos engañó desvergonzadamente. Basta ver sus discursos de antes, lo que decía: Correa el mejor presidente de la historia, el mejor gobierno. ¿Cómo íbamos a imaginar que era tan falso?
–¿Lo conocía de antes?
–No, lo conocí en 2006, en la campaña. En los 10 años de mi gobierno hubo muchos cambios, pero también se polarizó el país y se necesitaba una figura afable que mantuviera los cambios, aunque no profundizara mucho. Pensamos que esa persona sería Lenín Moreno. Yo asumo mi responsabilidad en esto. Nadie imaginaba el nivel de traidor que iba a ser. El daño es enorme. El tipo cambió la historia.
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