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Por pensiones precarias, 8 de cada 10 ancianos aún trabajan

▲ Incluso durante la pandemia de covid, personas mayores empacaban mercancías en tiendas de autoservicio.Foto Roberto García Ortiz

Lilian Hernández Osorio

 

Periódico La Jornada
Lunes 28 de abril de 2025, p. 17

En las últimas dos décadas se ha incrementado el número de personas mayores que revierten su decisión de jubilarse y regresan o permanecen en la actividad económica, pese a barreras externas y personales.

En México, ocho de cada 10 de 62 a 67 años deciden seguir trabajando, aun estando en edad de retirarse, y se estima que sólo 29 por ciento de la población de 65 años o más cuenta con una pensión.

Ante la ausencia de pensiones dignas y pese a la edad, se ven en la necesidad de seguir trabajando, señala la investigación Transiciones laborales de las personas mayores en México, publicada en la Revista mexicana de sociología de la UNAM.

El estudio analiza datos de dos trimestres de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) y afirma que una parte decide seguir trabajando porque opta por un envejecimiento activo, pero la mayoría se ve obligada a seguir laborando porque la pensión de jubilados no les alcanzaría para satisfacer sus necesidades básicas.

Otro grupo decide jubilarse, pero busca otro empleo de tiempo completo o parcial para complementar sus gastos, pues su pensión es menor a lo que percibían cuando estaban activos.

Al dejar de trabajar y jubilarse, generalmente enfrentan dificultades financieras, por falta de acceso a las pensiones o por los bajos montos de esta prestación laboral, advierte el análisis de las investigadoras Flor Brown Grossman (Universidad Autónoma de Querétaro) e Isalia Nava Bolaños (Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM).

En México, no toda la población en edades avanzadas cuenta con una pensión, y en la mayoría de los casos ésta no cubre las necesidades básicas. Por tanto, regresar o permanecer en el trabajo es una manera de garantizar la subsistencia.

Agrega: el limitado monto de las pensiones y el aumento en el costo de la vida impiden que estos ingresos sean suficientes para solventar los gastos, en particular los relacionados con la salud.

Las personas mayores deciden regresar al trabajo, ya sea de tiempo completo o parcial, a pesar de los bajos salarios, debido a la ausencia de prestaciones.

Asimismo, la situación conyugal también influye en la decisión de participar en el mercado laboral. Los hombres casados o unidos suelen asumir la responsabilidad económica del hogar, por lo que tienen una mayor probabilidad de continuar trabajando, pero gran parte de las mujeres se insertan o permanecen en el trabajo cuando carecen de pareja, por viudez o separación.

Otro aspecto que determina seguir trabajando es el nivel académico, pues las personas con educación superior presentan menor probabilidad de dejar el empleo de tiempo completo y es posible que les resulte más fácil incorporarse a la fuerza laboral después de la jubilación. No obstante, en la población en edad avanzada persisten segmentos con bajos niveles de escolaridad que les impiden mantener un trabajo o integrarse a uno con condiciones no precarias.

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