Dulces migajas en juego para el clásico entre Atlas y Chivas

Migajas, pero dulces migajas son las que están en juego para este clásico tapatío.

Atlas llega eliminado a la última jornada del Clausura 2025 y Chivas está en zona de eliminación y con todo en contra para salvar la temporada.

De hecho, los ‘Zorros’ buscarán con todas sus fuerzas bajar al ‘Rebaño’ a la cubeta de los eliminados. Ganar el clásico tapatío conllevará una oscura satisfacción para el equipo rojinegro, pues privará a su archirrival de terminar en los 10 primeros de la tabla, zona de acceso a las finales de la Liga MX.

O sea, es altamente probable que la ciudad de Guadalajara se quede sin representación en la Liguilla del Clausura 2025 (por más de que en el formato de competencia del futbol mexicano clasifican a la siguiente ronda más de la mitad de los equipos participantes), pues aunque el conjunto rojiblanco es el único que llega con ‘vida’ a la fecha 17, no depende de sí mismo para avanzar a las eliminatorias.

Así llegan los dos equipos de Jalisco a la Jornada 17 de la Liga MX:

Atlas

· 17 puntos

· Tiene el 10° lugar a cuatro unidades

· Está eliminado

· Si gana y Santos pierde, no pagará multas

Chivas

· 20 puntos

· Tiene el 10° lugar a un empate

· Llega con vida

· Si gana y Pumas no lo hace, subirá al 10° lugar

O sea, más allá del orgullo y de hundir al archirrival, ambos equipos tienen algo en juego, incluso el eliminado en cuestión, pues no querrá ver su nombre entre los últimos tres lugares del cociente que pagan multa. Además, coronar a Uros Durdevic campeón de goleo sería algo histórico para su institución, pero para aspirar a eso, el serbio deberá empezar por marcar al menos un gol.

Las aspiraciones de Chivas son mucho más convencionales, pues si gana, evitará que el torneo sea un total desastre y evitará perder sus dos clásicos en un mismo torneo. Lo mejor es que hasta podría subir al 10° lugar, o sea, jugará el play-in b ya sea en casa de Juárez o de Rayados de Monterrey.

Momento difícil para el futbol de Guadalajara, pero al menos queda una gota de orgullo en juego.