– Anuncio –
Eso parece y a los hechos me remito:
El próximo vierrnes por lo menos la mitad de las senadoras y senadores de Morena se reunirán para manifestar su inconformidad ante el manejo personal y discrecional que ha hecho Ricardo Monreal de la coordinación del grupo parlamentario.
La convocatoria de los senadores rebeldes o disidentes está sellada con la siguiente frase en letras negritas que lo sintentiza todo:
«Somos leales al proyecto de la Cuarta Transformación y al Presidente Andrés Manuel López Obrador».
Y es que de los temas estrictamente legislativos, Monreal ha pasado a la arena política; al coqueteo con los enemigos del presidente y a utilizar como trampolín un cargo que debía ser dedicado a concentrarse a acompañar la transformación legislativa de la Nación y procurar las reformas del presidente sin regateos, no con falsas prudencias.
Todo tiene un límite y también todos tienen un límite y parece que varios senadores y senadoras que estaban en un letargo acomodaticio han decidido alzar la voz y tomar decisiones. Y no asumir un costo político que no les corresponde.
¿Qué le deben a Monreal? Hemos preguntado públicamente algunos en tiempos recientes. ¿Por qué tolerar que su coordinador un día los arroje contra sus enemigos y al otro les jure una falsa lealtad y compromiso?
Después de 3 años al frente de la fracción parlamentaria, Monreal ha asumido una actitud insostenible como la de aquel que se manda solo y no rinde cuentas ni explicaciones a nadie más que a su conciencia y, por supuesto, a sus ambiciones. Pero también la postura del arrogante que hace sentir que su burbuja de senadores a su alrededor es suficiente e inquebrantable. A tal grado de decir que él se siente «socio» más no «subordinado» del presidente siendo que llegó al cargo por la vía plurinominal gracias a AMLO y solo después del berrinche rupturista al haber perdido la candidatura para jefe de gobierno mediante el método que detesta y que mide las preferencias mayoritarias y no el nivel de operación política: la encuesta.
El caso Veracruz ha sido la gota que derramó el vaso para cuando menos 31 senadores y senadoras de la Cuarta Transformación que están lejos de sentirse representados por quien no los consulta y ha decidido que la mejor forma de obtener una candidatura presidencial es golpeando al presidente más votado de la historia del país y con mayor aceptación que haya existido en funciones y en tiempos contemporáneos.
Monreal no consultó a la mayoría del grupo parlamentario, le dio cuerda a los enemigos del presidente para lanzarse sobre el gobernador de Veracruz Cuitláhuac García, emitió un comunicado en nombre de todos y encima inició la constitución de una «comisión» encabezada por el cuestionado senador y dueño de MC Dante Delgado, quien más allá de buscar justicia en lo particular, se pretende comenzar a devorar un suculento platillo electoral que vale oro.
En el cortísimo plazo, la mayoría no removerá a Monreal porque la circunstancia política juega a su favor. Estamos en medio del debate de la reforma eléctrica y no es momento para abrir una disputa interna. Pero la ruta está iniciada. Por eso debe estar inquieto haciendo sumas y restas y valorando para qué le alcanza y por cuánto tiempo.
La carta pública de los rebeldes es el principio del fin para Monreal como coordinador parlamentario. Sin el cargo perderá todo peso específico al interior de Morena.
Quizá a partir de entonces veremos quién es, de qué está hecho y cuál era su grado de compromiso con la transformación del país o con la oposición.
– Anuncio –
Esta nota fue recopilada de: https://revoluciontrespuntocero.mx/principio-del-fin-de-monreal-como-coordinador/, el notichairo solo difunde otro enfoque de la verdad.