En el mundo interconectado de hoy, el acceso a Internet y a las tecnologías digitales es cada vez más vital. La inclusión digital se ha convertido en sinónimo de progreso social y económico, desde la comunicación y la educación hasta la asistencia médica y las perspectivas de empleo. Sin embargo, a medida que México avanza en la era digital, sigue existiendo un obstáculo importante: la persistente brecha digital. Hacer frente a esta disparidad no es sólo un imperativo ético, sino un paso crucial hacia una sociedad más equitativa.
El concepto de brecha digital se refiere a la diferencia entre los que tienen acceso a las tecnologías digitales y los que no. Engloba disparidades en la conectividad a Internet, la disponibilidad de dispositivos, la alfabetización digital y la asequibilidad. De acuerdo con el informe de la Fundación Telefónica sobre la sociedad digital en América Latina, en 2020 el 60.6% de los hogares mexicanos disponía de conexión a Internet, pero existía una brecha importante entre el 65.5% alcanzado en las zonas urbanas v.s. el 23.4% de las zonas rurales.
Esta brecha digital, que afectó a la educación, el trabajo y el desarrollo económico de las personas, se puso de manifiesto durante la pandemia de COVID-19. Muchos estudiantes no disponían del equipo ni de la conexión necesarios para seguir sus cursos en línea, y muchas pequeñas y medianas empresas no pudieron beneficiarse de las ventajas de los servicios digitales.
Esta brecha digital también está vinculada a la desigualdad social, ya que el factor que determina la falta de acceso a la conectividad es el estatus socioeconómico. En este sentido, el coeficiente de Gini, que mide la distribución de la renta, está fuertemente correlacionado con el coeficiente de localización, que mide la distribución de los hogares con computadora y acceso a Internet. Esto significa que las regiones más pobres son también las menos conectadas.
Disminuir la brecha digital en México es crucial para mejorar las oportunidades educativas. Con el acceso a Internet, los estudiantes pueden acceder a un vasto océano de conocimientos y recursos, lo que les permite aprender más allá de los confines de las aulas tradicionales. Las plataformas educativas en línea, las herramientas de aprendizaje interactivo y las bibliotecas digitales pueden proporcionar a los estudiantes una educación más completa, reduciendo las diferencias entre las escuelas rurales y urbanas. Al dotar a los estudiantes de competencias digitales, están mejor preparados para las exigencias de la mano de obra moderna, impulsando el crecimiento económico y la innovación.
Las posibilidades de acceso a las tecnologías digitales desempeñan un papel fundamental en el fomento del empoderamiento económico. Dentro de una economía digital, las personas acceden a las plataformas en línea para emprender, trabajar a distancia y realizar comercio electrónico en igualdad de condiciones. Si se reduce la brecha digital, se puede liberar el potencial de los habitantes, especialmente de aquellos que viven en localidades remotas. Una mejor conectividad y el acceso a los mercados en línea ofrecen oportunidades para que las pequeñas empresas amplíen su base de clientes, mientras que las opciones de trabajo a distancia permiten a las personas acceder a puestos de trabajo independientemente de su ubicación geográfica.
Esta división digital también afecta al acceso y la prestación de asistencia médica. Las numerosas zonas rurales carecen de infraestructuras de salud adecuadas, lo que dificulta que sus habitantes reciban atención médica a tiempo. Sin embargo, con la llegada de la telemedicina, las personas pueden consultar a distancia a profesionales sanitarios, acceder a información sanitaria vital y recibir asesoramiento médico rápido. Reducir la brecha digital garantiza que todo el mundo, con independencia de su ubicación, pueda acceder a los servicios de atención médica, lo que se traduce en una mejora de los resultados de salud y una reducción de las disparidades en este ámbito.
Por otro lado, las tecnologías digitales desempeñan un papel fundamental en el fomento del compromiso ciudadano y la democracia participativa. Al reducir la brecha digital, se puede promover la transparencia, la rendición de cuentas y la inclusión en la gobernanza. El acceso a Internet permite a los ciudadanos acceder a la información, expresar sus opiniones y participar en los procesos de toma de decisiones. Reducir la brecha garantiza que las comunidades marginadas tengan voz, ayudando a construir una sociedad más incluyente y representativa.
Esta nota fue recopilada de: https://revoluciontrespuntocero.news/la-urgente-necesidad-de-reducir-la-brecha-digital-en-mexico/, el notichairo solo difunde otro enfoque de la verdad.
