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La insoportable frivolidad de ciertas clases mexicanas. Autor: Venus Rey Jr.

La insoportable frivolidad de ciertas clases mexicanas. Autor: Venus Rey Jr. julioastillero.com
Senador Samuel García Sepúlveda. Foto @samuel_garcias


Dice el senador con licencia y precandidato a la gubernatura de Nuevo León, Samuel García: «Yo me he topado con gente muy valiosa que vive con un sueldito de 40 o 50 [mil pesos] y son felices…» Y aunque asegura que alguien maliciosamente le hace guerra sucia y saca su frase de contexto, lo cierto es que sus palabras son muy frívolas. Se ve que no tiene idea de lo difícil que es ganar el dinero, ni tiene idea de cómo son los sueldos en México. Le puede parecer que 40 o 50 mil pesos mensuales son un “sueldito”, pero casi nadie los gana en este país. Aquí la gente vive con mucho menos.

México es muchos Méxicos. Ya no digamos las diferentes regiones, el norte, el centro, el sur, todas con sus particularidades. Hay también Méxicos que están en todos lados. Hay Méxicos abominables, broncos y matones, pero también hay Méxicos frívolos y despreocupados que también hacen daño con su indolencia. Ese México quizá sea peor, porque en él no ha habido pobreza ni violencia, sino comodidad y privilegio, y puede ser sumamente egoísta y nocivo, un México que se siente superior y que cree que todo lo merece.

Nunca es bueno hablar de estereotipos y mucho menos generalizar, pero casos como el de Samuel García nos dejan sin posibilidades. Cuando vemos a alguien como él, que cree que su vida vale la pena y ha sido heroica porque su padre le daba dinero por jugar al golf los fines de semana, es virtualmente imposible evitar la imagen del mirrey. Y este no es un mirrey cualquiera, sino uno instruido. Samuel García es abogado y además tiene estudios de posgrado. Ha cursado doctorados en instituciones tan importantes como la Universidad Autónoma de Nuevo León. No podemos decir que sea una persona sin instrucción, lo que todavía hace más odiosa su banalidad. Mucha gente así –insisto, sin generalizar– crece pensando que tiene derecho a la abundancia y está bien consciente de pertenecer al sector privilegiado; se visualizan a sí mismos con el derecho de tener, de mandar, de ser obedecidos. Así son educados por sus padres. Es esa clase perversa e indolente que ahí sigue, al acecho. Si uno nace en un contexto así, es difícil salir de él. Uno se cree con derecho sobre los demás, con derecho a gobernar, con derecho a decidir, con derecho a hacer grandes negocios a costa de los jodidos. Las administraciones anteriores han estado llenas de gente así, empezando por el presidente Peña Nieto y buena parte de su gabinete. Fue gente que se educó desde muy joven para ocupar los puestos de mayor poder y hacerse ricos. Ese fue el hilo conductor de sus vidas. Y lo lograron con creces. Buena parte de la superficial clase acomodada de México a eso le tiraba y para eso se educaban: para ocupar los grandes puestos, hacer los grandes negocios con los amigos, las grandes empresas, todo a costa de los jodidos. Era la frivolidad en su máximo esplendor gobernando al país. Y los resultados se ven. No se puede tapar el sol con un dedo.

Esta gente está llena de sí misma, de su presunción, de sus prerrogativas y privilegios; está llena de su orgullo, de su clase, de su dinero; se asume de una raza mejor, ignorando que ni siquiera existen las razas humanas. Ellos se deslindan con gran orgullo de los “nacos” comunes –así llama mucha de esa gente indolente a los pobres, a los humildes, a las personas de piel oscura, a los marginados– que pululan muy desagradablemente en todo México apoyando a Morena y al presidente Obrador. “¿Por qué tienen que existir los nacos?”, se preguntan estos mirreyes sin encontrar una respuesta; tan bonito que todo sería si no existieran, si todos fueran decentes, blancos y educados, si todos jugaran al golf. Esta gente odia a los humildes, los desprecia, los humilla porque en el fondo les teme, y por eso los quiere gobernar, para tenerlos sometidos. Samuel no es el único. Le pongo a continuación una serie de barbaridades dichas por políticos mexicanos y nacidas de las más honda y repugnante frivolidad:

  • «La pobreza de México es un mito.» Pedro Aspe, secretario de Hacienda con Salinas.
  • «Soy gobernador, no bombero.» Miguel Alemán, a propósito de un incendio en un mercado público.
  • «En spring break los únicos shots que se registraron fueron los de tequila.» Felipe Calderón, a propósito de la violencia.
  • «¿Y yo por qué?» Vicente Fox.
  • «Ya me cansé.» Murillo Karam.
  • «Ya sé que no aplauden.» Enrique Peña Nieto.
  • «Duermo como bebito, como niño.» Eduardo Bours, gobernador de Sonora, después de la tragedia de la Guardería ABC.
  • «No traigo cash.» Ernesto Zedillo a una vendedora indígena.
  • «No voy a mentir, te voy a decir cómo hablaba ese cabrón: me decía, ‘yo jefe gran nación chichimeca, tengo Guanajuato, yo decir a ti o diputados para nosotros o yo no permitir tus elecciones’. Ese güey yo no sé si sea cierto que hable así, pero no mames, es mucho Llanero Solitario… nomás le faltó decir: ‘yo gran jefe Toro Sentado líder gran nación chichimeca’, no mames cabrón, no mames, está de pánico…» Lorenzo Córdova, presidente del INE, burlándose de un líder indígena.
  • «Hay familias mexicanas que con ingresos de seis mil pesos al mes tienen crédito para una vivienda, tienen crédito para un coche, se dan tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas…» Ernesto Cordero, secretario de Hacienda.
  • «Una persona puede vivir con una canasta básica de 1000 pesos durante un mes.» Guillermo Fernández, secretario de Desarrollo Social de Veracruz.

No es de sorprender que Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), de AMLO, haya logrado aglutinar a los millones de mexicanos que sistemáticamente han sido humillados, despreciados, discriminados y explotados por las minorías privilegiadas. Y esas minorías frívolas no pueden con el coraje, ni en su ofuscamiento logran de entender lo que está sucediendo en el país. Cuando esta gente indolente hace expresiones racistas, clasistas, elitistas, discriminatorias en contra de la gente que apoya a Morena y al presidente, deja ver toda su frustración. Insisto una vez más, sin generalizar, pero son muchos de esa clase los que no se sienten cómodos con el nuevo estado de las cosas. No pueden soportar que, a sus ojos, “los nacos” ahora tengan el poder, como ha dicho Obrador. Les parece contra natura: si lo normal es que la gente bien mande, caray. Es una incomodidad existencial, una incomodidad de clase que sacude por completo los cimientos de todo lo que creen. Ya no están en el gobierno y probablemente no vayan a estar en mucho tiempo. Eso no quiere decir que ahora todo sea bueno. Los nuevos gobernantes también pueden ser inmensamente frívolos, déspotas y corruptos, como se está viendo. Es parte de la condición humana y nadie está exento.

Venus Rey Jr.
Venus Rey Jr.

Compositor de música sinfónica, escritor, ensayista y académico. Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana y Maestro en Filosofía por la Universidad Anáhuac. Su obra musical ha sido presentada en Estados Unidos, Rusia, Alemania, Reino Unido, Italia, Polonia, Ucrania, Austria, Argentina, Perú y México. Ha grabado diez discos de sus composiciones y publicado dos libros de narrativa, tres volúmenes de poesía y diversos ensayos jurídicos y filosóficos en revistas especializadas de la Universidad Iberoamericana, el ITAM y la Universidad Anáhuac. Es colaborador de Grupo Fórmula. Escribe en el diario El Economista y en las plataformas digitales de los periodistas Eduardo Ruiz Healy y Julio Hernández “Astillero”.



Esta nota fue recopilada de: https://julioastillero.com/la-insoportable-frivolidad-de-ciertas-clases-mexicanas-autor-venus-rey-jr/, el notichairo solo difunde otro enfoque de la verdad.

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