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La crisis inflacionaria y la incapacidad de los tecnócratas para entenderla

La última de las modas del periodismo financiero ha hecho sonar las alarmas del aumento generalizado en los precios. La intención de los encabezados de la sección de economía de los diarios de mayor circulación en el país es provocar imágenes de pánico, más que buscar entender los procesos económicos que se están desarrollando. Basta con revisar el contenido de sus escritos, para darse cuenta de lo lejos que están de hacer cuestionamientos serios a la gestión económica en el país.

Razón por la cual, considero que es momento de entrar en una de las áreas más sensibles de la gestión económica, una que desde hace décadas ha estado en el límite del análisis de los “expertos de la economía”: la política monetaria. 

En una rápida revisión histórica (de 1994 a 2018) llama la atención la falta de cuestionamientos entorno a la autonomía del Banco Central y la ideología sobre la cual se hizo esta concesión basada en postulados monetarista impulsados por Milton Friedman, según la cual los precios dependen de la oferta monetaria. Contadas son las críticas al hecho de que la principal institución monetaria del país (Banxico) tenga como objetivo único mantener la estabilidad en precios, y como herramienta la disminución del circulante monetario. Medidas que hoy se sabe, son dirigidas a configurar condiciones de confianza a los capitales financiero y bursátil interesados en el país, pero que atentan en contra el manejo soberano de la política monetaria y fiscal, al limitar la utilización de otro tipo de instrumentos económicos.

¿De plano a los economistas tecnócratas les resulta lógico pensar que, dada la complejidad del sistema económico actual los problemas inflacionarios se pueden atender con el uso de una sola variable, la tasa de interés? Esperemos que no, de lo contrario estaríamos ante un grave problema epistemológico. Máxime si hoy resulta imposible ocultar que el mundo se está reconfigurando y el tema de la distribución resulta crucial para la ciencia económica. 

Por ello, los economistas a los que les encanta alardear con el título de científicos cuando menos deben tener claridad sobre el triple juego de tensiones que se están produciendo en el actual escenario de cambio: 1) la que surge de la relación entre ganancias y salarios, también llamada contradicción capital-trabajo, 2) la tensión que proviene de la relación entre los capitales productivos y los capitales comerciales y 3) la que surge de la relación entre circuito monetario de bienes y servicios y el circuito monetario bursátil y financiero. Sin el análisis interrelacional de estos tres factores y el escenario global en el que se desenvuelven, cualquier interpretación de la inflación resulta, por decir lo menos, coja.

Para muestra se tiene la unilineal y mañosa interpretación de la que durante años echó mano la ortodoxia para establecer una política de disminución salarial, en favor del capital, bajo el argumento de que un aumento de salarios provocaría inflación. Nada más alejado de la realidad, pues la evidencia nos muestra que los bajos salarios no disminuyeron el nivel de precios, sólo hicieron posible el aumento de las ganancias. Mismas que ni siquiera quedaron en manos del capital productivo, sino del gran capital comercial y del especulativo.  

Superado este reduccionismo, ahora nos quieren imponer otro: que la actual escalada de precios que hoy se registra a nivel mundial es un tema que sólo atañe a los Bancos Centrales, y que a decir de sus directivos, para hacer frente a la situación, se ven en la necesidad de disminuir la cantidad de dinero en circulación. ¿Acaso es necesario también recordarles a los tecnócratas que para que se pueda hacer el intercambio en una economía de mercado se requiere de una equivalencia socialmente aceptada llamada dinero? Y que, en una economía de mercado, como la que hoy en día se tiene, la circulación monetaria habilita dos principales circuitos: i) el monetario de mercancías, en donde se genera la tasa de ganancia y el ingreso de los trabajadores y ii) el de capitales, en donde circulan los títulos monetarios y los títulos sobre la propiedad de los medios de producción, en donde se genera la tasa de interés.

Por esto y más, es necesario atender el error de origen de la crisis inflacionaria que hoy comienza, que consistió en permitir la imposición de intereses del sector bursátil y financiero, y la ideología que respaldó que éstos generaran enormes ganancias a partir de la especulación, y no de la producción de bienes y servicios. Tarea que requerirá de un incremento en los niveles de politización a escala global, ya que, hasta ahora, ningún país –ni aquellos con los gobiernos más progresistas- ha sido capaz de escaparse de los grilletes impuestos por el gran capital financiero global. El cual sólo puede ser regulado por un Estado Trasnacional. La invitación es pues, a que estemos atentas y atentos al plan que el gobierno mexicano propondrá en las siguientes semanas al gobierno estadounidense para avanzar en esta materia.

Esta nota fue recopilada de: https://revoluciontrespuntocero.mx/la-crisis-inflacionaria-y-la-incapacidad-de-los-tecnocratas-para-entenderla/, el notichairo solo difunde otro enfoque de la verdad.

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