Si algo se ha visto en todos los tiempos y latitudes es que un aumento elevado y rápido del precio de los combustibles genera dos cosas: primero, un aumento en el costo de todos los demás productos, con mayor inflación y su consecuente golpe al bolsillo de todas y todos. Y en segundo lugar, protestas sociales que pueden llegar a desestabilizar o derrumbar gobiernos, como en el caso reciente de las revueltas en Kazajistán, donde estuvieron a punto de conseguirlo.
Para no ir tan lejos, basta recordar los disturbios y saqueos que ocurrieron en México, en diciembre de 2017, cuando el expresidente Enrique Peña Nieto liberó el precio de los combustibles con su reforma energética.
Cabe subrayar que, para el caso de nuestro país, el precio de las gasolinas está relacionado con diversos componentes. Menos del 70% viene del costo del petróleo. A eso se suma transporte y almacenamiento, el costo de la estación de servicio y las diferentes utilidades: lo que gana el que importa, el del buque que llega a Tuxpan, el que renta los tanques para almacenar, el de las pipas para transportar, el dueño de la gasolinera, etcétera.
Aunado a esto, hay que sumar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), el cual sirve para mantener finanzas sanas y estabilidad en los precios. Cuando el precio del petróleo sube, Hacienda baja el porcentaje de IEPS que cobra, y viceversa.
Por tanto, a diferencia de otros países, ante el conflicto en Ucrania que disparó los precios de petróleo y gasolinas a nivel mundial, el Gobierno de México se encargó de contener el impacto y salvaguardar el bolsillo de las familias mexicanas. Esto, sobre todo al considerar que si subían los precios de las gasolinas, se verían afectados todos los sectores.
¿Qué hizo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para “blindar” los precios de las gasolinas? Inmediatamente ajustó el IEPS, reduciéndolo a cero. Además, a los importadores de gasolina los exentará de los impuestos a la renta y al valor agregado.
Estas medidas permiten mantener la estabilidad en el precio de las gasolinas en el país, previniendo un aumento en la inflación y un golpe a la economía familiar de las y los mexicanos, que gastan, según datos del INEGI, más del 5% de su ingreso solo en electricidad y combustibles.
La estrategia a mediano plazo debe concentrarse en recuperar completamente las seis refinerías del Sistema Nacional, concluir Dos Bocas y producir eficientemente en Deer Park.
Según los precios del mercado internacional, México podría decidir exportar o, como ahora, consumir sus productos refinados, pero para eso es necesario garantizar nuestra seguridad energética.
Esta nota fue recopilada de: https://revoluciontrespuntocero.mx/gobernabilidad-inflacion-y-precios-de-gasolina/, el notichairo solo difunde otro enfoque de la verdad.
