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El histórico 10 de abril

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El próximo 10 de abril el presidente será «ratificado» en la Presidencia de la República. ¿Por qué a los adversarios de Andrés Manuel López Obrador les da miedo la palabra? Es evidente que lo que no se «revoca» se «ratifica», es decir son palabras contrarias. Pura lógica elemental.

No hay razón alguna para sostener que ganará la revocación y sí muchas razones para sostener que ganará la ratificación. La aprobación del presidente ronda el 70 por ciento, a pesar de la embestida mediática y de grupos de interés políticos y económicos que han tratado de descarrilarlo desde el día uno de su administración.

Por ahí solo un grupo opositor, FRENA, afirma que participará activamente en el ejercicio por lo que su efecto será marginal y testimonial.

¿Por qué es histórico el ejercicio?

Porque se sientan la bases, se abre la brecha para los próximos sexenios. Ahora cualquier presidente o presidenta podrá ser sometida a una rendición de cuentas en la que el castigo ciudadano será la remoción. Se romperá el mito de que un presidente debe ser tolerado por seis años independientemente de los resultados de su gobierno.

¿La ratificación de AMLO significa su reelección? Es obvio que no, pero los ultraconservadores han alentado la idea de que si la gente «ratifica» a AMLO, éste tendría la tentación de utilizar el instrumento para perpetuarse en el poder.

López Obrador fue electo por 6 años pero se someterá a la rendición de cuentas a la mitad de su sexenio por lo que la ciudadanía tendrá el poder de decidir sobre su continuidad pero no sobre su estancia indefinida.

Además AMLO no se ha cansado de insistir en que es maderista y que no se perdonaría el error de romper la máxima del «sufragio efectivo no reeleccion».

¿Entonces por qué los opositores no quieren participar en la revocación de mandato?

Básicamente por dos razones. Bien saben que el instrumento se queda a futuro y que si algún día regresan al poder tendrían que jugar con reglas más democráticas, y en el fondo siempre les ha irritado rendir cuentas frente a la ciudadanía. Se acostumbraron a la impunidad y a utilizar al pueblo, no a explicarle al pueblo.

Pero tampoco quieren que  AMLO se anote una victoria política pues la mayoría participante habrá de ratificarle su confianza al presidente en tiempos en que los conservadores han decidido apretar la campaña de desprestigio y difamaciones en contra el gobierno de la 4T.

¿Quién ganará el 10 de abril?

De entrada la ciudadanía que estrena uno de los instrumentos más poderosos que tendrá a su alcance, pero el 10 de abril será por igual una victoria para AMLO y una derrota para el INE que realiza el ejercicio a regañadientes porque ni los diputados ni Hacienda le cumplieron el capricho de más carretedas de dinero público.

También los opositores habrán de asumir el costo de haberse mantenido al margen del histórico ejercicio de democracia participativa porque optaron por el cálculo político y mejor intentan agruparse para la elección de 2024.

Nadie tiene duda que si la popularidad de López Obrador fuera débil, los conservadores estarían ocupando todos los espacios mediáticos posibles para promover la participación en la revocación de mandato. En su lógica, el pueblo no está para ser escuchado y atendido sino utilizado a conveniencia.

El problema es que la gente ha leído la jugada y se sigue alejando de quienes no tienen más proyecto que regresar a hacer lo mismo de antes de 2018,  cuando saquearon y exprimieron al país desde la cúspide y sin misericordia.

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Esta nota fue recopilada de: https://revoluciontrespuntocero.mx/el-historico-10-de-abril/, el notichairo solo difunde otro enfoque de la verdad.

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