Diferencias sustanciales entre informe sobre la desaparición de los 43 normalistas y ‘verdad histórica’: gobierno de AMLO no torturó a nadie; análisis fue técnico y científico 

Esta mañana el subsecretario Alejandro Encinas realizó nuevamente una presentación breve sobre el informe que da cuenta de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Al respecto, remarcó algunas de las principales diferencias es que el gobierno del presidente López Obrador no torturó a nadie para obtener los testimonios que permitieron constituir el informe. Además, éste se base en análisis técnicos y científicos.

“Una de las afirmaciones que se ha hecho frecuentemente al informe es que ésta es una posición política del gobierno y nosotros queremos destacar que este informe es el resultado de un proceso de investigación y de análisis técnico y científico” que contó con el apoyo de expertos de diferentes instituciones públicas.

Cabe señalar que este informe también se basa en documentos del GIEI, la CNDH y otros organismos, así como los testimonios y colaboración de 115 personas que conocen o estuvieron involucradas en los hechos.

“Dicen algunos de los críticos que el informe no dice nada nuevo, que es lo mismo de la verdad histórica, lo cual es absolutamente falso. La verdad histórica se sustenta en que los estudiantes asistieron a Iguala y boicotearon a la presidenta del DIF en ese municipio, lo cual es falso”.

Encinas resaltó que el objetivo de los estudiantes era tomar camiones “y su llegada a Iguala fue el momento en que ya había concluido este evento”. Por otro lado, la verdad histórica apunta que los estudiantes se enfrentaron con la policía, lo que también es falso, pues los estudiantes en realidad fueron agredidos.

La verdad histórica también señala que la policía de Iguala entregó a los estudiantes al grupo de Guerreros Unidos, quienes los habrían ultimado e incinerado en el basurero de Cocula para que posteriormente sus restos fueran vertidos al río San Juan.

“Como lo vamos a demostrar, en ningún momento los estudiantes estuvieron juntos, hubo un operativo especial que dispersó a los estudiantes (…) sí hubo actos de agresión en donde el grupo de Guerreros Unidos, en coordinación con autoridades y fuerzas de seguridad del estado municipal y federal, ultimaron y desaparecieron a los estudiantes”.

Alejandro Encinas recalcó que la ‘verdad histórica’ se sustentó con testimonios obtenidos bajo tortura y fabricación de pruebas.

“Nosotros no torturamos absolutamente a nadie. El análisis que realizamos se sustenta en la evaluación de 87 millones de registros telefónicos que fueron depurados para ubicar 84 mil registros telefónicos claves; 17 mil números telefónicos que han sido analizados rigurosamente (…) eso nos permitió hacer un mapeo y geolocalización”.

Esa información fue complementada con los datos de 41 mil 168 documentos que fueron aportados por la administración pública federal y otros organismos.