Recuerdo que en mis años de juventud muy pocos chistes de los que contaba mi padre se me quedaron grabados, él era muy habido para amenizar cualquier situación donde había más de dos personas y no se diga cuando había un acuerdo de reunión o fiesta, pues aún a la fecha, es de los que termina tocando la guitarra y cantando a pesar del cansancio colectivo. De niño siempre fue un poco engorroso pues ya me sabía todo el ritual y los chistes que repetía y repetía sin recordar que todos ya nos los sabíamos; a pesar de que en esa época me los sabía de memoria, los fui perdiendo, por fortuna, al pasar de los años. Sin embargo, uno de los pocos que nunca olvidé es el relato del conductor que viene sobre periférico oyendo la radio, muy concentrado y con la mirada fija hacia adelante, en la radio sonaba una canción de los creedence la cual es interrumpida abruptamente para un reporte especial, -¡alerta, alerta!, sobre periférico a la altura de San Antonio un loco va en sentido contrario, ¡extremar precauciones!- retumbó junto con un pitido para incrementar el nivel de atención. Los ojos del conductor voltearon ligeramente a la radio y de forma irónica pero contundente dice — ¿uno?,¡ pero si son un chingo!— exclamó…
Hay un gran engaño en el discurso de algunos personajes dentro los medios de comunicación, principalmente los hegemónicos, pues de manera recurrente vociferan ser los grandes herederos de la mayéutica de Sócrates, la dialéctica de Platón y la retórica de Aristóteles, todos por separado pero coincidentemente como un coro se jactan de ser los del pensamiento crítico, los imparciales, los que tienen todas las verdades y peor aún los únicos que tienen la autoridad de decir lo que les plazca.
Se dicen agredidos, atacados y desprestigiados por el presidente, descolocados y ofendidos lamentan que su crítica sea expuesta como algo malo y con sus máscaras de inocencia gritan como en desahucio una persecución.
Es una farsa y dándoles el beneficio de la duda a unos pocos solo queda hacerles un llamado para que se revisen.
Uno de los pilares del pensamiento crítico es la auto revisión, pues sin esta básicamente se estaría perdiendo la esencia de lo que la crítica es.
No puede existir el pensamiento crítico si no hay un revisionismo hacia uno mismo, pues de ahí parte el análisis y la evaluación a la consistencia del razonamiento.
Es muy sencillo, si esta relación entre los medios corporativos y el presidente lo trasladamos a nuestro cotidiano termina descubriéndose lo absurdo del razonamiento que estos medios están adoptando:
Un día común donde todo parece ser tranquilo resulta que toca a tu puerta un vecino, le abres apresuradamente y de manera inquisitiva te extiende un papel donde está tu foto y un párrafo en letras rojas diciendo que estás loco y eres el causante de que nunca haya agua en el edificio pues dejas las llaves abiertas. El vecino al que le abriste te reclama por el agua y por sentirse vulnerable ante la locura mencionada en el papel. Obviamente tú desconcertado tratas de explicar que eso es una mentira, pero con el paso del tiempo salen más y más de este tipo de avisos, comienzas a investigar y te das cuenta que en realidad ese vecino que está buscando tú desprestigio te odia porque decidiste no pagar por una nueva tubería que era solo para él, que además comienzas a ver qué usa litros de agua con una manguera para limpiar las heces de sus perros y te enteras de que tuvo que cambiar de lugar de estacionamiento cuando llegaste porque usaba tu lugar asignado por comodidad.
Decides exponerlo y contestar sus injurias, y la mayoría de los vecinos comienzan a ver qué la realidad no era como él la planteaba, obviamente él te odia más pero simplemente ahora todo está en igualdad de condiciones.
Pues con este simple traspaso a lo cotidiano podríamos describir lo que está sucediendo en el juego político de los medios hegemónicos con el presidente.
En los últimos 3 años muchos de nosotros fuimos sorprendidos por el aparente giro que Carmen Aristegui dio en sus espacios, algunos por cómo ataca al presidente pero otros como yo por la casi absoluta derechizacion de su editorial.
Aristegui siempre ha sido Aristegui donde la búsqueda de audiencias siempre ha sido primordial para su capitalización, y en donde utilizó al principio el intento de consolidar una credibilidad para luego hacer uso de ella con fines de lucro, un plan perfecto para ese negocio llamado Aristegui noticias, en el cual no importa el pensamiento crítico, pensamiento que no se cansa de repetir que lo tiene en su espacio, sino el pensamiento crítico que tenemos cada uno de nosotros para decidir oírla o no, esto no la hace buena o mala sino servil a los intereses de unos cuantos y no de la búsqueda de las verdades como debería ser.
Y así como el chiste que mi padre cuenta desde hace años, los medios de oposición van en ese carro, en contra de un pueblo cada vez más crítico y más despierto. A contracorriente no por locos sino porque las instrucciones de aquellos que ahora los sostienen es someterse a esa locura de terminar destruidos con la consigna de pegarle aunque sea un poco a esta ola gigantesca llamada pueblo, mismo que no está pidiendo que se alabe al presidente, sino acabar con la hipocresía de llamarse a sí mismos equilibrados estando prácticamente acostados sobre su derecha.
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