Crónica de un tortuoso camino

Por: Carolina Romero

Portada: Unsplash

(19 DE MAYO, 2023).- El retiro de la vida laboral debería ser la obtención de ese esperado fruto por el que durante décadas se trabajó; la culminación de todos los esfuerzos realizados y el satisfactorio resultado de años de desvelo, largas jornadas y amplios trayectos recorridos para llegar puntual a cumplir el horario laboral.

Sin embargo, este derecho se ha convertido en un privilegio para algunos. Con la creación de las Afores (Administradoras de Fondos para el Retiro), hace 25 años ocurrió un proceso de migración de datos de los beneficiarios que ha traído algunos problemas; entre ellos, se han registrado casos de homónimos y repeticiones en el Número de Seguridad Social de personas afiliadas.

Los homónimos en este sistema, ocurren cuando dos o más personas cuyos nombres y apellidos, incluso entidad, año y mes de nacimiento son coincidentes, derivan en la misma asignación de número de seguridad social. De esta manera, se vuelve imposible determinar las semanas de cotización de manera individual.

En El Chamuco, entrevistamos a Lourdes, quien, como otras personas en casos similares, debe pasar por un calvario para recobrar un derecho que les pertenece. Ello por un error originado en el propio sistema donde su número de Seguridad Social es compartido por más persomas

El pasado 13 de febrero de 2022, Lourdes cumplió 60 años. Luego de algunos meses de examinarlo, decidió solicitar al IMSS el otorgamiento de la Pensión de Cesantía en Edad Avanzada.

Como es necesario para el proceso, el 12 de septiembre de ese mismo año, causó baja en el Régimen Obligatorio del Seguro Social. Un mes después, recibió del IMSS la constancia de semanas cotizadas. En ella se establece que Lourdes fue inscrita en el instituto desde 1981. Así, el instituto reconoció como laboradas 1838 semanas; esto es, más de 35 años laborales

Hasta ahí todo iba bien; tal como está establecido en los artículos 154 y 156 de la Ley del Seguro Social vigente, Lourdes cumplió a cabalidad todos los requisitos para tener derecho a la Pensión de Cesantía en Edad Avanzada.

Sin embargo, en octubre, el sinuoso camino comenzó: El trámite desde la plataforma digital del IMSS no se concluyó; en lugar de eso, se emitió un documento denominado “aviso de inconsistencias de la revisión de datos y cálculo estimado de pensión”. El diagnóstico arrojado fue “205 – En proceso de separación”.

Ante esta situación, Lourdes asistió a una subdelegación del IMSS para arreglar el proceso. De esta manera, el 8 de noviembre, el Instituto le entregó la “certificación de regularización y/o corrección de datos personales del asegurado”. En ella, el instituto resolvió que la situación afiliatoria fue regularizada.

Sin embargo, esto poco resolvió, pues el IMSS le indicó que hasta ahí llegaba su potestad en el caso, y la regularización para recibir su pensión, debía ser directamente con la afore. En este caso, Afore XXI Banorte.

Este trámite a realizar se llama “separación de cuentas”. Éste, es requisito no sólo para la pensión, sino para la entrega del ahorro para el retiro y el ahorro para la vivienda, también derechos de los asegurados.

El problema de los homónimos, radica en que las otras personas afiliadas -que pueden o no estar en la misma afore- deben pasar por procesos similares. Estos requieren tiempo, tiempo en el que todos los derechos son suspendidos. En este caso, no era sólo una cuenta, por lo que la Afore le indicó que el proceso sería más largo y que debía esperar.

Así, llegó el 6 de enero de 2023, argumentando un “bloqueo del sistema” por el anterior trámite, le instaron a volverlo a hacer.

La Consar establece que debe existir un plazo máximo de solución para este trámite de 60 días hábiles. Sin embargo, en la Afore, le han asegurado que el trámite puede extenderse por más de tres años.

La Afore argumentó que “de acuerdo con la normatividad vigente”, los números de seguridad social que participan en el proceso de separación de cuentas deben estar administrados por la Afore que gestiona el trámite. Sin embargo, ésta ley no podría estar por encima de la del Seguro Social.

Este problema no estuvo en las manos de Lourdes; es decir, no hubo error en la gestión de este trámite, ni lentitud o postergación de este proceso. Son trámites legales y del afore quienes desde hace más de 8 meses le impiden acceder a un derecho por el que ha trabajado por años.

Agregando gravedad, las instancias no reconocen que el proceso se inició desde septiembre del 2022. Además, de prescribir el proceso en un año cumplido, se corre el riesgo de no poder reclamar el pago de mensualidades de pensión, asignaciones familiares, ayudas asistenciales y aguinaldo.

Desde septiembre de 2022, Lourdes debió haber recibido este derecho. Casi un año de ello, no sólo sigue con dificultosos trámites, que implican gastos de abogados, papelería, traslados, etc., sino que tampoco goza del derecho de seguridad social. Así, los servicios médicos que requiere también corren por su cuenta.

Este problema escala a magnitudes preocupantes, pues se trata de personas de la tercera edad. Algunos de ellos, impedidos por sí mismos o con alguna discapacidad, se ven obligados a ir a las oficinas de las afores numerosas veces para realizar estos trámites.

En lo que se resuelve el proceso, las personas no sólo se quedan sin los recursos que por ley les corresponden y por el que han trabajado por décadas; permanecen también sin seguridad social, sin ningún tipo de prestación y en la angustiosa espera sobre qué ocurrirá con el proyecto de sostenimiento para la vejez que han construido durante toda su vida.

¿Qué ocurre con las Afores y por qué éstas alargan los procedimientos pese a que la Ley del IMSS establece que esto no debe ocurrir? ¿Dónde quedan los derechos laborales de las personas que han cumplido con sus responsabilidades para el Estado durante su vida laboral?, ¿qué pasa con los recursos de las personas adultas mayores que no pueden asistir o que, en el proceso de años en los que esperan respuesta, pierden la vida?