2014 el estado del Estado

La palabra Estado viene del latín status, y éste del verbo stare(estar parado). Referencia a algo detenido, como en statu quo. También contiene en su concepto un origen griego con el verbo histamai que se puede traducir como: establecer, poner en pie, detener o estar en pie.

En lo polisémico designa a todo aquel país soberano, reconocido como tal en el orden internacional, así como al conjunto de atribuciones y órganos de gobierno de dicho país.

No existe un consenso conceptual de los límites que debe abarcar y menos una reglamentación de lo que este debe ser en toda su extensión, sin embargo, sí se establece cuándo se cumple lo mínimo como estructura, este último detalle es justo lo que lo puede llegar a hacer tan endeble en la práctica.Es importante recalcar en este punto que un Estado puede tener muchas formas de organización siempre y cuando esté dotado de territorio, población y soberanía.

En algunas partes del mundo Estado y gobierno se utilizan como sinónimos, pues ambas palabras se refieren a un grupo político organizado que ejerce autoridad sobre un territorio en particular.

En 2012 con la llegada al poder del grupo videgarayista se cumplió la regla del mínimo para nombrar a México como un Estado, porque en sus entrañas y de manera velada había un estado de guerra heredada por un ser que al robar por medio del fraude el poder, eligió legitimarse a través de transmitir la jurisdicción ordinaria a la jurisdicción militar con él fungiendo como el comandante de las fuerzas supremas, una simulación donde todo lo que tuviera que ver con el Estado resultaba podrido y desvirtuado.

Dentro de esta simulación, el estado del Estado —al pasar a las manos del títere de Videgaray— siguió en una crisis de desvanecimiento y orden donde estos “nuevos” receptores no solo estaban complacidos sino agradecidos, pues no había mejor estado para sus fines que el que se les presentaba.

He oído muchas disculpas al títere de Videgaray, es más, él mismo en varias entrevistas decía que no entendía cómo la gente podía pensar que se levantaba con la firme convicción de hacerle mal a México, —«Eso es una locura»— afirmaba en tono firme creyendo que el pueblo no se daba cuenta de que en realidad a él no le importaba ni que estuviera bien o mal el país, los muñecos de trapo creados para hacer una representación teatral como él no sienten, lo único que los motiva es ser manipulados y controlados por un titiritero, y eso lo hace igual de culpable solo por prestarse a esto.

Recapitulemos, el espurio creo el peor terrorismo de Estado para legitimarse ante la gente y de paso controlar a los grupos llamados cárteles que le interesaban por la simple razón de que lo reconocían. Sucedido éste por una marioneta controlada por un grupo de juniors fanáticos del poder y del dinero, pero que no podían controlar nada y que desde el día uno que debieron tomar las riendas del país al darse cuenta que las riendas estaban rotas, en lugar de volver a construir al país para usarlas mejor, las soltaron e hicieron lo que mejor sabían hacer, simular.

Un país en estado de guerra tomado por los peores minarquistas que pueden existir en México, no deparaba un buen futuro y fue en 2014 donde, por todas estas razones, acabó este gobierno que menciono, apenas 3 años después de su llegada, 3 años donde ni siquiera habían intentado algo, 3 años donde la gente que trabajaba en gobernación seguía siendo la misma que el sexenio pasado en un absoluto desorden y sin brújula, nadie entendía nada.

El 27 de septiembre del 2014 el pueblo de México sufrió uno de los peores eventos para su conciencia como sociedad, porque quitó el velo que tapaba la inmundicia en la que nos tuvieron sumergidos durante años, porque se cruzó una línea peor que la muerte, LA DESAPARICIÓN FORZADA, pues la muerte nos deja siempre dentro del dolor, una paz de saber lo que es y que conduce a un cierre, pero desaparecer a cualquier ser humano es matarnos a todos lentamente con la incertidumbre, con él desazón y el desgarramiento.

Hoy sabemos que este grupo de criminales, los Videgarays, los de Atlacomulco, los de las casas malinalquences, los de los sobornos mediáticos para poder legitimarse después de este parteaguas, los de las mentiras históricas, fueron los culpables, y aunque ya lo sabíamos ahora tenemos pruebas y ahora debe haber justicia, por los 43, por sus padres y madres, por la memoria, por nuestras almas y por la dignidad de todos los mexicanos.

No fue el Estado porque el estado del Estado era estar desaparecido desde 2006, hay que decirlo como es.

FUE UN GRUPO DE CRIMINALES Y TERRORISTAS QUE TENÍAN SECUESTRADO AL PAÍS Y TIENEN QUE PAGAR TODOS SUS CRÍMENES ¡YA!.